Es un entrenamiento pensado para no necesitar ningún tipo de tecnología extra, es el propio cuerpo del corredor el que indica cuál debe ser el desempeño. Este método que proviene de Suecia, fue creado en la década del 30 del siglo pasado por Gosse Holmer.

Fue planeado para que pudiera realizarse en terrenos naturales, sin una pista determinada, aprovechando las pendientes y obstáculos propios de la naturaleza , y teniendo como principal objetivo que el corredor improvisara y se basara en sus propias sensaciones a la hora de entrenar. La palabra «fartlek» significa «juego de velocidad» y en esto se basa el método, en cambiar la rapidez, generando así periodos aeróbicos y anaeróbicos alternados durante el entrenamiento.

Con el correr de los años, llegando a la década del 60, en Polonia se adaptó otra modalidad de fartlek, esta vez basada en distancia y no en velocidad. Por ejemplo, en lugar de correr dos minutos a un ritmo intenso y un minuto a diferente ritmo, el parámetro para variar la intensidad pasó a ser la distancia: series de 400 metros a un ritmo elevado y 200 metros a menor intensidad.

La clave del fartlek es no parar de correr. Con este tipo de rutinas, el corredor logra conocer sus límites y su cuerpo se adapta de mejor manera a los cambios de ritmo.

Es recomendable no exceder los 45 minutos por sesión en el caso de los corredores que comiencen a utilizar este método. En el caso de los trabajos de fondo, la práctica recomendable oscila entre los 40 y los 60 minutos, mientras que para trabajar la velocidad se recomiendan sesiones de 20 o 30 minutos.

A la hora de comenzar a entrenar con esta metodología es recomendable realizar una consulta con un técnico o entrenador que oriente las dudas y organice las sesiones para que rindan al máximo.

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