Llueve en la ciudad y tenías pensado salir a correr. Para muchos, el mal tiempo es un factor determinante y una buena excusa para quedarse en casa. Para otros, la lluvia es un desafío y les da más ganas de salir a sumar kilómetros.

Para algunos corredores la lluvia es sinónimo de «pasarla mal». Lo cierto es que si uno está participando de una carrera y empieza a llover durante el recorrido, guste o no guste, todos siguen corriendo. Entonces, ¿por qué no salir a hacerle frente al mal tiempo durante un entrenamiento?

Correr mojados es un riesgo, pero si uno toma ciertas precauciones, la experiencia puede resultar más gratificante de lo esperado. En primer lugar, antes de salir, entrá en calor bajo techo. Hacé algunos ejercicios para activar tu cuerpo. En segunda instancia, pisá sobre seguro. Es decir, buscá recorridos que te sean familiares y tratá de evitar terrenos resbaladizos. Eso ayuda a prevenir caídas, o meter el pie en algún pozo inundado.
En cuanto a la ropa, en lo posible, recurrí a indumentaria impermeable y reflectante, ya que los días de mal tiempo la visibilidad suele verse afectada. Una gorra puede ayudarnos a ver mejor mientras corremos y si está ventoso, una campera rompevientos liviana es una buena alternativa. No te olvides de ponerte vaselina en las zonas donde puede haber roces, ya que el correr con la ropa mojada o húmeda facilita la aparición de ampollas y rozaduras.

Generalmente cuando uno corre con mal tiempo, el rendimiento físico suele ser diferente a lo acostumbrado, porque nuestro cuerpo experimenta sensaciones distintas. Entonces, no te preocupes si tu ritmo de carrera no es el que esperabas. Como siempre decimos, si optás por hacerle frente a la lluvia, disfrutá de la experiencia. Parte de mejorar como corredor también significa afrontar situaciones climáticas adversas, sin que eso nos amedrente. Por supuesto, si hay tormenta fuerte, con viento, rayos o granizo, es fundamental tomar conciencia del riesgo que implica y quedarse bajo techo es la mejor decisión.

Ya sabés: la lluvia no es un impedimento para correr. Pero, si optás por quedarte en casa, igual se puede entrenar. Lo importante es mantenerse en movimiento. Todo suma.

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